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  • En el día de la asistencia humanitaria, nos sumamos a miles de voces y damos la voz de alerta: el incumplimiento sistemático e impune de derecho internacional humanitario supone graves consecuencias sobre la vida de millones de personas y sobre toda la humanidad.
  • En lo que va de año, 248 personas trabajadoras humanitarias han sido asesinadas; 156 de ellas en Palestina. Nunca antes se habían alcanzado tales cifras.
  • Exigimos la protección de trabajadores y trabajadoras humanitarias y de la población civil; respeto al derecho internacional humanitario; financiación suficiente para garantizar una asistencia que es esencial para la vida; y el fin de la impunidad.

Las violaciones del derecho internacional humanitario se están produciendo de forma sistemática en todo el planeta, especialmente en Palestina donde solo en lo que va de año han sido asesinadas 156 personas trabajadoras humanitarias; Israel utiliza el hambre como arma de guerra, ataca a hospitales, asesina a la población civil -incluso en puntos de reparto de comida- y bloquea la entrada de la ayuda. Organizaciones humanitarias de todo el mundo denunciamos recientemente que “mientras el asedio del Gobierno israelí mata de hambre a la población de Gaza, el personal humanitario se ve ahora obligado a hacer cola en los mismos comedores sociales, arriesgándose a recibir disparos solo para alimentar a sus familias, junto a aquellos a quienes se supone que deben ayudar”. 

Otros países como Ucrania, Sudán del Sur, Eritrea o el Sahel también viven situaciones muy complejas en las que no se garantiza plenamente la asistencia humanitaria. El contexto mundial es tremendamente complicado y pone en jaque las normas humanitarias establecidas hace décadas.

80 años después de la creación de Naciones Unidas, sus principios fundacionales se tambalean. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha lamentado los ataques sin precedentes a la Carta de la ONU. “El nivel de impunidad en el mundo es políticamente indefendible y moralmente intolerable”, ha denunciado.

La peligrosa normalización de lo injustificable

Organizaciones de la sociedad civil también han dado la voz de alerta; los niveles de ataques a la asistencia humanitaria no tienen precedentes. La labor humanitaria sufre graves restricciones, carece de financiación suficiente y es objeto de ataques constantes. Asesinar a trabajadores y trabajadoras humanitarias se ha normalizado y rara vez supone consecuencias legales sobre quienes cometen los crímenes. La promesa de protección se ha roto con total impunidad. 

Como ONG dedicadas a garantizar la asistencia humanitaria, renovamos nuestro compromiso con el Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos. Exigimos, una vez más, el cumplimiento riguroso de las normas establecidas internacionalmente para garantizar la atención, la protección del personal humanitario y de la población civil, el respeto de los derechos humanos y el fin de la impunidad. Millones de vidas están en juego.

Debe garantizarse una atención específica a mujeres y niñas, así como establecer los mecanismos necesarios para su participación y decisión en las decisiones, estrategias y acciones que se tomen en los contextos humanitarios.

Además, expresamos nuestra preocupación por el proceso de reforma del sistema humanitario mundial, el conocido como reset humanitario de Naciones Unidas. En línea con VOICE, nuestra organización aliada en el ámbito humanitario, reclamamos que la reforma humanitaria asuma el compromiso de financiar de forma suficiente una acción humanitaria basada en principios; impulse una reforma integral del sistema basada en el liderazgo local; proteja la calidad, la dignidad y la inclusión en la acción humanitaria; invierta en resiliencia: preparación, acción anticipatoria y el nexo entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz; y apoye a las ONG, tanto locales como internacionales, como actor clave del sistema.

Obligaciones legales ineludibles

Recordamos las obligaciones legales de los Estados y la exigible rendición de cuentas ante las fallas sistémicas que permiten que persista la violencia contra el personal humanitario y la población civil. El cumplimiento riguroso del Derecho Internacional Humanitario debe cumplirse de forma estricta para evitar complicidades con violaciones de las normas comunes asumidas en el marco de Naciones Unidas. Está en juego un sistema humanitario establecido hace 80 años y la humanidad no puede permitírselo.