“Al otro lado del cuidado”, desigualdad y explotación desde la experiencia de mujeres migradas
Autodiagnóstico “Cuidar para sostener la vida”, un documento que evidencia los saberes, conocimientos, situaciones y análisis de 70 mujeres migradas que viven en Catalunya.
“Esta economía es capitalista, no le interesan los derechos de las personas trabajadoras, mucho menos de las que estamos en el ámbito de los cuidados. Somos tratadas como esclavas”. Es uno de los testimonios de las 70 mujeres migradas que realizan trabajos del hogar y los cuidados y que han participado en el autodiagnóstico.
“Cuidar para sostener la vida”, elaborada por la Red de Migración, Género y Desarrollo y por la Asociación de Mujeres Migrantes y Diversas, es la primera investigación cualitativa realizada con perspectiva feminista y busca evidenciar la experiencia vital, los saberes y la acción vindicativa desde la propia voz de estas mujeres. Para ello, ha contado con las experiencias de vida de mujeres organizadas que viven en Lleida, Tarragona, Girona y Barcelona, que han aportado un análisis de su realidad, de sus necesidades y de las demandas que persiguen como colectivo para que se haga justicia o se garanticen sus derechos fundamentales.
La investigación pone en cuestión el rol del Estado y sus políticas públicas, la acción de las empresas privadas que ofrecen servicios de cuidados y las prácticas de las personas empleadoras que, con impunidad, perpetúan la condición de semiesclavitud de las trabajadoras del hogar en régimen de internas.
“Uno de los principales valores de este documento ha sido el proceso de autodiagnóstico participativo. Las protagonistas han sido las propias mujeres migradas que trabajan en cuidados. Han trasladado sus demandas y necesidades en un diagnóstico que aporta recomendaciones y claves para hacer su lucha y avanzar hacia una agenda política de incidencia”, ha explicado Ángeles Alquezar, técnica de InteRed en Catalunya, para quien es fundamental visibilizar “la preocupante situación de marginalidad en la que se encuentran, sin reconocimiento de derechos básicos como la vivienda, la jubilación, la salud o un salario digno”.
“Es necesario entender y reconocer el rol de las trabajadoras del hogar y cuidados en un contexto de desigualdades múltiples, discriminación racial, segregación sexista y de violencias interseccionadas”, ha señalado una de las trabajadoras, que prefiere mantenerse en el anonimato. Sus testimonios “nos permiten poner en cuestión la economía, el sistema y la cadena global de cuidados, los problemas a los que se enfrentan cada día, tanto el trabajo no remunerado como remunerado, los usos del tiempo y el autocuidado como factores fundamentales en la generación de un buen vivir”.