España debe esforzarse más en cooperación

  • Los datos del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (CAD), hechos públicos el jueves 16 de abril, muestran una fatiga de la ayuda cuando ésta es más necesaria que nunca como parte de la solución a la crisis junto al alivio de deuda.
  • España, con un 0,19% de la RNB en AOD, vuelve a aparecer a la cola de los donantes tradicionales, detrás de la Hungría.
  • Aunque el análisis definitivo lo tendremos a final de año, la fotografía muestra que España está muy mal posicionada para contribuir de manera eficaz a una solución global de la crisis que vivimos mundialmente. 

La Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) total de los países donantes se sitúa en 152,8 mil millones de dólares un 1,4% más que en 2018, con un esfuerzo de ayuda del 0,30%, que baja respecto al 0,31% del año anterior. Es importante destacar que los ligeros repuntes del crecimiento de la AOD en términos absolutos en los últimos ejercicios son explicables por el cambio de metodología inaugurado el año pasado que de no haberse producido mostraría una curva más aplanada. Una año más, solo cinco países del CAD cumplen con el compromiso – realizado en los años 70 y renovado en la Agenda 2030 – de alcanzar el 0,7% de su RNB para cooperación: Suecia (1,04%) Luxemburgo (1,05%), Noruega (1,02%), Dinamarca (0,71%) y Reino Unido (0,7%). 

Si ponemos el foco en la salud, de los flujos totales concesionales unos 26 mil millones de dólares por año están dedicados al sector salud (17% del total de ayuda). En 2018, los Estados Unidos, el Fondo Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates representaron más de la mitad de este total, proporcionando 8,6 mil millones, 3,3 mil millones y 2,6 mil millones, respectivamente. La AOD para enfermedades infecciosas (incluida la malaria y la tuberculosis) ascendió a 6 mil millones en 2018, aunque cayó aproximadamente un 16% respecto a 2017 debido la reducción de fondos para el Ébola.

En medio de la crisis necesitamos una ayuda efectiva y enfocada a las personas más vulnerables

Como señalaban las organizaciones de la sociedad civil, en medio de la crisis del COVID-19 necesitamos más que nunca una ayuda efectiva y enfocada a las personas más vulnerables para evitar los peores efectos de la crisis sanitaria, económica, alimentaria y social que se cierne sobre el mundo en desarrollo. Sin embargo, el sistema de cooperación llega a la pandemia con un cansancio en el esfuerzo, consciente de ser un activo estratégico en su resolución, pero con un futuro incierto. El director general de la OCDE Angel Gurría señaló que los países de la comunidad de donantes deben proteger e incluso aumentar la AOD de cara a 2020. La salud es un bien global y apoyar a los países más pobres es esencial para tener éxito en el control global de la pandemia. Pero las cuentas no salen. La ONU ya ha calculado que para hacer frente a la crisis del COVID-19 de manera solvente en el mundo en desarrollo, serán necesarios 2,5 mil millones de dólares, de los cuales 500 mil millones de dólares serían AOD extra, tres veces más que la actual AOD. Aunque pueda parecer mucho dinero, OXFAM nos recuerda que se trata de una cantidad equivalente a la fortuna de los 3 hombres más ricos del mundo y que es una parte importante de la solución, junto con el alivio y la cancelación de deuda. 

España, un año más a la cola

España sigue sin salir del pelotón de cola de los países donantes de mayor tradición con un 0,19% de esfuerzo de ayuda, en el sistema de medición denominado de “flujos de caja”, que es el que nos sirve para entender la serie histórica. Son €2.374 millones de AOD, un 8% más que el año anterior, que sitúan por octavo año consecutivo el esfuerzo de ayuda por debajo del 0,2%, y hace tambalear el compromiso de legislatura del gobierno con el 0,5% y el supuesto liderazgo internacional en la agenda de desarrollo sostenible. Como curiosidad, si observamos la serie histórica vemos que en 2001, recién inaugurada la agenda del milenio, España tenía una AOD de más de 3.000 millones de euros. Desde entonces la AOD global se ha multiplicado por dos y nuestro país ha ido perdiendo el tren de la cooperación, especialmente después de 2012.  

Otra curiosidad. España es el tercer país más beneficiado por el uso de la nueva metodología de “donación equivalente” desde el año pasado. De esta forma nuevas reglas contables – especialmente en los créditos soberanos – ayudan a subir un 9% la AOD impulsándola hasta el 0,21% en esfuerzo de ayuda, unos €2.587 M. Aunque las nuevas reglas están todavía en negociación en algunos capítulos, se ha adoptado su uso y de hecho el Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación  ya solo ofrece estadísticas en el nuevo sistema. Hay voces que han alertado de los riesgos de estos cambios. 

En un análisis comparativo vemos que España es un donante con una ayuda bilateral débil que le hace parecer más a un país del Este recién llegado al club de donantes – 30% frente al 70% de media del CAD -, que sigue destinando parte de la AOD a la atención doméstica de los refugiados cuando hay una tendencia a la baja – 11% frente al 7% -, que concentra menos recursos en los países menos adelantados – 4% frente a 17,6% -, y en la Ayuda Humanitaria – 2% frente a 10% – y que contribuye en menor medida con el sistema de Naciones Unidas – 3% frente al 5%. La información más reseñable del detalle es la aportación a la cooperación europea de €1.121 millones, que se convierte en la partida más relevante de la AOD en 2019, alcanzando el 47% del total. Es por ello que nuestro país tiene una importante responsabilidad, sobre el papel global de la UE en la pandemia. 

Además, la Ayuda Humanitaria en 2019 ha disminuido ligeramente, por tercer año consecutivo, hasta los €50 millones. A su vez, la ayuda a la atención de refugiados alcanza los €258 millones, es decir uno de cada tres euros de ayuda bilateral no sale de España, lo que implica un uso poco genuino o eficaz de un recurso tan preciado como es la AOD. 

«La incapacidad de los sucesivos gobiernos de recuperar la política de cooperación  pasa factura justo en el momento en que más se necesita«

Viendo esta fotografía concluimos que la incapacidad de los sucesivos gobiernos de recuperar la política de cooperación en los últimos años nos pasa factura justo en el momento en que más necesitamos de una ayuda genuina y eficaz como parte de la solución global contra la pandemia. Como comentaba informalmente Susanna Morehead, presidenta del CAD, los profesionales humanitarios que estaban atendiendo el ébola en África hoy hacen frente al COVID en Barcelona o Milán y mañana volverán a África.

Unión Europea, la responsabilidad del mayor donante global

Los países de la UE – todavía con el Reino Unido en la foto – en su conjunto son el mayor contribuyente de AOD con el 55% del total. Su contribución alcanza los € 75,2 mil millones de euros, dos veces y media más que los Estados Unidos. Es un crecimiento de 0,5% en términos reales a pesar de la reducción de los recursos domésticos destinados a los refugiados. Con la nueva metodología su esfuerzo de ayuda alcanza un 0,46%. 

Por otro lado, las instituciones europeas ven reducidos sus recursos en un 6,1% en términos reales. Con la crisis del Covid y el marco financiero plurianual sin cerrar, Europa tiene un gran desafío de consolidar su papel en el mundo de la mano de los recursos de cooperación. El 9 de abril las instituciones europeas dieron un primer paso de una respuesta europea global para luchar contra la pandemia con una comunicación conjunta de todas las instituciones comprometiendo 15,6 mil millones de euros del presupuesto vigente. Como fue analizado en esta nota, es un buen paso pero muy insuficiente de cara los desafíos que están por venir. Como apuntaba Concord, el Covid no es el final, sino el inicio de una nueva etapa en la que es fundamental reforzar el sistema de ayuda. 

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