Skip to main content

Día de las personas cooperantes: la relevancia de una política pública en un mundo con crisis extremas

SANTANDER, 6 de setiembre de 2024.-

 

Cooperantes que trabajan junto a organizaciones locales en Ucrania, Palestina y
Sudán demandan mayor compromiso para salvar vidas y garantizar los derechos
humanos y la paz.


La negociación de los presupuestos generales del Estado para 2025 es una
excelente oportunidad para que España salga del vagón de cola de la cooperación
europea. En un contexto internacional de múltiples y complejas crisis, debe
superarse el 0,4% para esta política pública. La Coordinadora demanda una señal
inequívoca en este sentido, por ley, por justicia y por futuro.


La aprobación del Estatuto de las personas cooperantes el pasado mes de julio,
supone una mejora significativa en las condiciones laborales del personal que
trabaja fuera del Estado español, aunque cuenta con aspectos susceptibles de
mejora.


La Coordinadora Cántabra de ONGD y sus 36 organizaciones socias trabajamos
para avanzar hacia un mundo más pacífico, justo y equitativo, y para salir del
estancamiento en el 0,1% en el que permanece nuestra cooperación autonómica
desde hace varios años.


En conmemoración de este Día Mundial de las personas Cooperantes el próximo domingo domingo 8 de septiembre, por iniciativa de la Coordinadora Cántabra de ONGD, tendrá lugar un cine fórum en la filmoteca Mario Camus de Santander con la proyección de la película «Un Día perfecto»


El planeta sufre el mayor número de conflictos (56) desde la Segunda Guerra
Mundial. Millones de personas ven sus derechos más básicos cercenados,
mientras incrementan los presupuestos y discursos belicistas. Esto, junto a las
consecuencias de la emergencia climática y el retroceso de derechos, ha hecho
que se alcance el récord de personas desplazadas por la fuerza en todo el
mundo: más de 117 millones, según datos de ACNUR; la mayor parte de ellas son
desplazadas en sus propios países.

En tal contexto, el trabajo que realizan cooperantes junto a organizaciones locales
es esencial para garantizar derechos básicos. A pesar de ello, la persecución a su
trabajo está aumentando de manera preocupante: Nicaragua, Perú, Guatemala,
Hungría, Israel o Tanzania son algunos de los países que han tomado medidas
que persiguen el trabajo de las ONG.

Cooperantes: un trabajo con organizaciones de todo el mundo

El pasado mes de julio, se aprobaba el Estatuto de las personas cooperantes,
que viene a sustituir al anterior, del año 2006. El nuevo marco legal mejora las
condiciones laborales de los y las trabajadoras y sus familias, fortalece las medidas
de seguridad o la extensión de la previsión social al personal voluntario, becario y
que realiza prácticas no remuneradas en terreno. No obstante, tal como lo
contempló el Consejo de Cooperación tiene cierto margen de mejora en
cuestiones como ampliar los derechos de las personas voluntarias o fortalecer el
deber de cuidado especialmente en situaciones de crisis. Aunque el personal local
no es objeto de este Estatuto, el Consejo propone cuidarlo, protegerlo y evacuarlo,
si fuera necesario, especialmente en situaciones de crisis o emergencia.

Según el último informe de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo,
612 personas (58% hombres, 42% mujeres) desarrollan su trabajo como
cooperantes en las organizaciones socias de La Coordinadora de ONGD de
España, entre ellas algunas de Cantabria. Su labor se extiende por 100 países en
los que trabajan con 47 millones de personas. Desde Ucrania, Palestina y Chad,
algunas de ellas advierten de la situación extrema que están sufriendo millones de
personas, ponen en valor la incalculable labor de las organizaciones locales y
demandan un mayor compromiso al Gobierno y a las administraciones locales y
autonómicas.

CHAD. Fernando Contreras, Oxfam Intermón y Belén Álvaro, Entreculturas.

Chad se enfrenta a una crisis humanitaria multidimensional y prolongada derivada de conflictos armados, inseguridad alimentaria, emergencias sanitarias y climáticas. En el este del país, debido al conflicto en Sudán la situación humanitaria es especialmente grave. Desde que comenzara la guerra en Sudán, casi dos millones de personas han huido; de ellas, más de 600.000 han cruzado la frontera chadiana.
Oxfam Intermón lleva trabajando 50 años en el país. En el último año ha proporcionado asistencia alimentaria a más de 20.000 personas, además de asegurar redes de abastecimiento de agua potable. Entreculturas trabaja desde 2006 en programas de educación en emergencias, haciendo especial incidencia en las dificultades que enfrentan las niñas y adolescentes refugiadas y desplazadas.

PALESTINA. Eva Sánchez, ACPP.

Desde el pasado 7 de octubre, más de 40.000 personas han sido asesinadas en Gaza, casi 90.000 han resultado heridas. Dos millones se han visto obligadas a desplazarse sin escapatoria.
Todo el territorio está devastado. Los hospitales han sido bombardeados; la entrada de alimentos y de ayuda humanitaria continúan sufriendo bloqueos. La propagación de enfermedades infecciosas y la desnutrición afectan ya a la mayoría de la población. En Cisjordania y Jerusalén Este, más de 500 personas han sido asesinadas por colonos o el ejército y más de 9.000 han sido detenidas sin cargos; diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado torturas en las cárceles israelíes.
ACPP trabaja con organizaciones locales en defensa de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Eva Sánchez recuerda que continuar con la cooperación al desarrollo, no solo la asistencia humanitaria, es fundamental para que pueda existir un Estado viable. “En las últimas décadas, hemos denotado que es realmente necesario “resistir” ante la ocupación y la sociedad civil organizada juega un papel clave en este sentido”, asegura.

Los límites impuestos para acceder a la zona, hacen que las organizaciones palestinas sean esenciales para la identificación de necesidades, la creación de comités para organización de los campos de personas desplazadas y para el reparto de la escasa ayuda que consigue llegar. “Las ONG palestinas tienen un gran arraigo y son capaces de adaptarse rápidamente a las recurrentes crisis que sufren desde hace décadas”, afirma Eva Sánchez.
En relación a la responsabilidad del Gobierno, Eva Sánchez exige fondos flexibles que se adapten a las condiciones de emergencia extrema que sufre Palestina. “La mayor parte de los recursos deben dirigirse a las organizaciones de la sociedad civil, tanto española como palestina”.

UCRANIA. Jara Henar, Alianza por la Solidaridad – Action Aid Spain.

La invasión rusa de Ucrania continúa. La población civil y las infraestructuras civiles continúan sufriendo las consecuencias de las hostilidades, especialmente en primera línea del frente; los ataques aéreos en todo el país son constantes. En el primer semestre del año, las organizaciones humanitarias asistieron a 5,6 millones de personas. Debido a la escasez de fondos -a finales de junio sólo se había recibido el 28% del llamamiento humanitario para 2024-, los esfuerzos realizados no han podido satisfacer las necesidades que enfrenta la población.
Desde marzo de 2022 Alianza por la Solidaridad-ActionAid Spain ha colaborado con más de 40 organizaciones, lideradas por mujeres y jóvenes en cuatro países: Ucrania, Polonia, Rumanía y Moldavia, apoyando a más de dos millones de personas. En palabras de Jara Henar, “Las organizaciones de la sociedad civil ucranianas son vitales, tanto desde una perspectiva puramente humanitaria, como desde la cohesión social y la construcción de paz. Nuestra experiencia demuestra que implicar a jóvenes en la prevención, la preparación, la respuesta y la recuperación está configurando respuestas humanitarias mejores, más localizadas y más sostenidas”. Recuerda, además, que la presencia internacional sigue siendo esencial para mantener el foco y exigir el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos.
Esta cooperante exige “una acción coherente con una política exterior feminista y fondos para implementarla”. Demanda mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas y el protagonismo de las organizaciones de base con las que las ONG trabajan en otros países.