Todas las violencias, todas las mujeres. Manifiesto 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer 23 noviembre, 2018
La violencia de género es global, no tiene fronteras, se da en todos los países y sociedades, y se dirige a todas las mujeres, sin distinción de clases, etnia o grupo de pertenencia. No hay un perfil de víctima de violencia: el principal factor de riesgo es SER UNA MUJER. De ahí que las respuestas que se necesiten, deban ser globales, integrales, sistemáticas e ir dirigidas a la Médula del sistema que degrada y discrimina y asesina a las mujeres por el hecho de serlo. Para ello se necesita el compromiso personal y político de todas las instancias, de todas las personas, hombres y mujeres que creen firmemente que sin la igualdad de género no es posible el desarrollo ni la democracia, como reflejó la plataforma de Acción de Beijing, ya en 1995. (Colectivo Mujeres Libres: Estíbaliz de Celis y Ana María González).
El 25 de noviembre, se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Multitud de acciones reivindicativas y simbólicas se desarrollarán en nuestros país y en todo el mundo, como cada año, desde que en 1999, la Asamblea General de la ONU, en su resolución 54/134, invitara a los estados y las organizaciones sociales e internacionales a desarrollar una jornada de denuncia, contra las violencias de género hacia las mujeres y las niñas. Naciones Unidas hacía, de este modo, seguimiento al movimiento feminista latinoamericano que desde 1981 venía conmemorando esa fecha, en honor a las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) asesinadas en República Dominicana, en 1960.
Desde el Grupo de Género de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, nos sumamos a la visibilización de este día como método de denuncia y crítica de la violencia estructural que sostiene el sistema patriarcal en el que vivimos y sufrimos de forma excepcional las mujeres y las niñas de todo el Mundo.
En el mundo
Los datos con que contamos – y no contamos con todos los necesarios – son demoledores: según datos de ONU-Mujeres, 700 millones de mujeres que viven actualmente en todo el mundo, se casaron antes de los 18 años; entre 120 y 140 millones de mujeres en 28 países del mundo han sido objeto de mutilación genital. Más 5 mil mujeres son asesinadas por crímenes de honor cada año en India, Bangladés o Pakistán. Se calcula que 68 millones de niñas han sido víctimas por abortos y femicidios selectivos en la población mundial. Casi 21 millones de personas en el mundo, son víctimas de la trata con fines de explotación sexual, de las cuales el 78% son mujeres y niñas. Los últimos datos en América Latina proporcionados por CEPAL son una muestra más de la pandemia mundial de violencia machista que sufrimos las mujeres en el mundo: Al menos 2.795 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 23 países de América Latina y el Caribe en 2017. Las mujeres migrantes y las mujeres refugiadas, son víctimas de violencia durante su huida de los países de origen en una proporción aún sin cifras conocidas.
En España
Hasta la fecha en la que escribimos, han sido asesinadas por violencia de género 89 mujeres, entre ellas 8 niñas y 2 niños . Una realidad difícil de asumir en un país que está celebrando el 40 aniversario de su Constitución y de su vida en democracia. Por si fuera poco, y a pesar de la sensibilización social aún no existe la cultura de denunciar la violencia sexual, los indicadores y estadísticas son escasos y nos enfrentamos a una Justica Patriarcal que, en general, no tiene perspectiva de género.
Es urgente que el gobierno y la judicatura den un paso definitivo, hacia una revisión del sistema judicial y las leyes de protección en clave feminista, que permita avanzar en la configuración de una Justicia que no deje en un estado de indefensión a las mujeres víctimas. Situación que se agrava en el caso de las mujeres migrantes y refugiadas y las solicitantes de asilo que llegan a nuestro país. Todas ellas se ven sometidas a multitud de obstáculos que impiden el acceso a una vida libre de violencias de género.
Herramientas de lucha, el Convenio de Estambul y el Pacto de Estado contra la violencia de género
La violencia contra las mujeres y las niñas es, ante todo, una violación de los Derechos Humanos y así lo reconoció Naciones Unidas, en 1993 -no hace tanto tiempo-, y el Consejo de Europa en el Convenio de Estambul en 2011.
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo acaba de firmar el Informe sombra sobre la aplicación o incumplimiento del Convenio de Estambul por parte del gobierno de España. Este Informe elaborado por el movimiento feminista y las organizaciones de mujeres, que forman parte de la plataforma CEDAW, ha sido suscrito por más de 200 organizaciones en España. Es importante destacar que, el Convenio de Estambul, es el primer instrumento de carácter vinculante en el ámbito europeo en materia de violencia contra la mujer y violencia doméstica, que reconoce como delitos todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
Esto implica que los Estados deberán introducir en sus sistemas jurídicos estos delitos y adaptar la legislación nacional al mismo. En ese sentido, el Pacto de Estado contra las violencias de género, debe suponer un impulso tan esperado como urgente para el desarrollo de algunas de las reivindicaciones de la agenda feminista y para la adaptación de nuestra normativa al Convenio. Una de esas medidas, pasa por “Revertir el recorte de la cooperación internacional para eliminar la violencia hacia las mujeres (1).
La Coordinadora, en proceso de elaboración conjunta y consensuada de una Política de Género institucional, da cuenta de la necesidad de avanzar en la coherencia de políticas y la coherencia institucional dentro de, y entre, las organizaciones integrantes, y que pasa, de forma ineludible, por una revisión profunda al interior de las mismas y de cada una y cada uno de sus miembros, como paso imprescindible para erradicar las violencias de género en los ámbitos y contextos en los que trabajamos , a la vez que se sigue avanzando en la mejora de los marcos externos de actuación, y en la adopción de medidas globales y coordinadas en la lucha contra la VG.
Desde el Grupo de Género de la Coordinadora, denunciamos cualquier forma de violencia contra las Mujeres en el mundo y en nuestro país, en cualquier espacio y en cualquier ámbito, especialmente en el de la Cooperación Internacional, y seguiremos apoyando y sumándonos a todos aquellos colectivos feministas y del movimiento de mujeres para aunar esfuerzos y lograr más pronto que tarde una vida libre de toda violencia contra nosotras y nuestras niñas y niños.