Cooperación: una política abandonada

Nota de prensa de la Coordinadora de ONGD de España

AidWatch 2019. Informe sobre la Ayuda Oficial al Desarrollo en Europa.

España: siete años a la cola de Europa en su compromiso con la cooperación al desarrollo.

La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo presenta el informe de CONCORD “Ayuda de la UE: urge un cambio total para no dejar a nadie atrás”. En pleno debate sobre la formación un posible nuevo Gobierno, La Coordinadora llama a recuperar esta política clave para la defensa de los derechos humanos y el desarrollo sostenible. Demanda que se cumplan de manera urgente los compromisos internacionales en esta materia.

  • Con 2.180 millones de euros, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) se redujo del 0,19% al 0,18% de la RNB en 2018, de este modo España continúa a la cola de Europa. La media europea alcanza el 0,47%.
  • Si observamos la ayuda que realmente contribuye al desarrollo –la ayuda genuina-, entonces, la cifra cae al 0,15%.
  • El Gobierno contabiliza como AOD partidas que no deberían ser consideradas como tal. Estos fondos, llamados ayuda inflada, alcanzan casi el 23% del total y se incrementan un 30% con respecto al año pasado. España se sitúa a la cabeza de los países con más ayuda inflada junto con Italia y Alemania.
  • Al ritmo actual, Europa cumplirá con su compromiso de destinar el 0,7% a cooperación en 2061. España, instalada por séptimo año por debajo del 0,2, no tiene ninguna posibilidad de alcanzarlo, si no hay un cambio urgente en la política de cooperación.

España se estanca a la cola de la Europa de los 15 en su compromiso con la cooperación para el desarrollo. A pesar de las palabras de Pedro Sánchez en la ONU en relación a los enormes retos que afrontamos globalmente, el presupuesto destinado a cooperación continúa siendo mínimo. Con un 0,18% de la RNB destinado a esta política pública, España se queda muy lejos de la media europea que alcanza el 0,47%. Los datos provienen del Informe AidWatch 2019, realizado por la red europea CONCORD, en el que se analizan los datos de 2018.

Si ponemos el foco sobre la llamada “ayuda inflada”, es decir, los fondos que no contribuyen directamente al desarrollo en los países que más lo necesitan, la fotografía de España sale borrosa. Estas partidas ascienden a 463,14 millones (un 22,9% del total), una cifra que, además, ha aumentado un 30% con respecto al año pasado. Los desenfoques de esta fotografía provienen de contabilizar como AOD los fondos para atender las necesidades de las personas refugiadas en España, las becas a estudiantes en nuestro país, el alivio de la deuda y el pago de intereses, junto con la ayuda ligada – aquella en la que el país receptor se ve obligado a adquirir bienes o servicios producidos en el país donante –. Son gastos que alejan la ayuda del foco de la lucha contra la pobreza y la desigualdad y empeoran la calidad de nuestra cooperación.

Más sombras que luces

Puedes consultar la ficha de España con la infomración completa en este enlace.

En cuanto a la llamada eficacia de la ayuda, es decir, los fondos que más contribuyen a la mejora de la vida de las personas, España no ha cumplido con el objetivo de apoyar a los países menos adelantados. Tampoco ha aumentado los fondos destinados a ayuda humanitaria o sensibilización, que son claramente insuficientes.

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