Cristina Bandrés presidenta de la Coordinadora Cántabra de ONGD participa en la Mesa redonda Inmigración, acogida y encuentro intercultural: vivencias y problemáticas.

La ponencia se ha presentada dentro de las actividades del proyecto artístico sobre #migraciones Ubinadamu, realizado conjuntamente por varias escuelas de FP de Cantabria.

En primer lugar, quiero dar las gracias por la invitación a los organizadores de este encuentro, tanto a las entidades como a las personas. Y no solo por la invitación, también por el hecho de propiciar estos espacios de reflexión y de encuentro. Represento a la Coordinadora Cántabra de ONGD que agrupa a 33 organizaciones que trabajan en Cooperación al Desarrollo desde nuestra región, y lo hacen tanto en otros países como aquí, sobre todo en educación y sensibilización y más recientemente con personas migradas.

Este VII Encuentro de Agentes Culturales en Enseñanzas Profesionales se ha marcado como objetivo la reflexión sobre la complejidad de los procesos migratorios en la era de la globalización. Y me quedo como punto de partida con ese concepto “complejidad”.

Todas las palabras que vamos a utilizar en esta mesa redonda aluden a realidades complejas y cambiantes, porque no se han entendido igual a lo largo de las últimas décadas ni significan lo mismo para todo el mundo.

1ª palabra compleja: migración. Qué diferente si nos ponemos en la piel de la persona que llega o en la de la persona que recibe al que llega. Que distinto si la persona que llega viene huyendo para salvar su vida, siendo por lo tanto un viaje forzado, a si es voluntario. Que distinto si la persona que recibe vive la migración como una amenaza o como oportunidad.

Otras dos palabras complejas: Cooperación y Desarrollo. En cooperación y en educación para el desarrollo se distinguen nada menos que seis generaciones de enfoques, desde el asistencial hasta el transformador, pasando por el desarrollista y el solidario, desde un modelo único de desarrollo marcado por el NORTE que tiene que ayudar al SUR, a ponerle apellidos a ese desarrollo y cuestionarlo: sostenible, ecológico, que no deje a nadie atrás y que rompa la lógica norte – sur, la lógica puramente capitalista y de crecimiento porque hay que replantearse radicalmente los modelos. Y otro aspecto fundamental, que no siempre lo hemos entendido así, el desarrollo se construye con la cooperación de todos y todas, en igualdad de oportunidades y de dignidad. Yo no puedo marcar, desde mi norte global, cómo tiene que ser el desarrollo del otro, ni hacérselo, ni imponérselo, sino que tengo que construir su desarrollo, y el mío, con el otro.

Siguiente palabra compleja: Globalización. Pues sí, la realidad es que vivimos un mundo que denominamos global, que está tremendamente interconectado pero que a la vez está tremendamente roto porque es tremendamente desigual. Y no solo en términos económicos, que también, sino en términos de género y en posibilidades de acceso a derechos, a educación, a salud y a CULTURA.

Y última palabra compleja: Cultura. La cultura es una de las principales esferas que rodean al ser humano. En este mundo global es algo nos une y que a la vez nos diferencia, y aunque es difícil de definir creo que todos estaríamos de acuerdo en que está en la base de nuestro modo de entender el mundo y la realidad, en la capacidad creativa y simbólica que nos distingue como seres humanos, en nuestra identidad social. La cultura es, por lo tanto, un campo lleno de nuevas posibilidades dentro de la cooperación.

Pero para ello se hace necesario un viaje dentro de cada uno de nosotros, un viaje individual y social, para apearnos de nuestra posición de poder, para abandonar el etnocentrismo y ser capaz de establecer, en el caso de la migración, un diálogo con la cultura de la persona que viene, pero un diálogo real, profundo, no anecdótico. Ya que estamos en un entorno escolar, no caigamos en la trampa de las actividades de las semanas interculturales, que están muy bien, pero no dejan de ser acciones puntuales, cargadas de buenas intenciones, pero con poca carga de profundidad. Sería lo equivalente a decir que en nuestro centro educativo hacemos educación para el desarrollo porque una vez al año viene una ONG a darnos una charla y hacemos un mercadillo solidario.

Y la persona que llega también tiene ante si un viaje, en su caso el segundo después del migratorio, un viaje que es bastante más difícil que el nuestro, porque nosotros estamos en la posición de dominio y ella en la posición minoritaria, porque sus referentes afectivos y culturales están rotos, lejos y muchas veces en confrontación con lo que está viviendo en su nuevo entorno.

La cultura o mejor, las culturas son también un sistema de códigos de comunicación muy complejos. Y si hay claves que yo no entiendo de la otra persona, tengo que tener en cuenta que lo mismo le pasa a ella con respecto a mí.

Por lo tanto, es necesario educar la mirada, apearnos de nuestras superioridades y encontrarnos. Y esto creo que es muy importante, tanto para que nuestra sociedad acoja al que llega, como para que el que llega no se aísle. Y es totalmente trasladable a la forma en que las ONG hacemos cooperación para el desarrollo.

Y termino ya con una breve reflexión de lo que supone que un grupo de alumnos y alumnas, de distintas procedencias culturales, diversos, porque así es nuestro alumnado, diverso como la sociedad local – global, se haya parado a pensar todo lo que está detrás de un proceso migratorio, tanto en lo que se refiere a las causas globales y sistémicas, como en experiencias íntimas de cada una de las personas que lo han vivido. Supone “complejizar” su entendimiento de la realidad, “complejizar” su mirada en una sociedad como la nuestra donde abundan los eslóganes simplistas y los bulos rápidos. Pero además supone que han actuado como agentes culturales, es decir, han creado mensaje para fuera, han creado arte y arte no inocente, no ajeno, que no se pone de perfil.

Y esto es fundamental, porque necesitamos personas críticas, seriamente críticas, culturalmente alternativas, que saquen a la luz y que denuncien la realidad de este mundo global pero tremendamente roto por la desigualdad y que muestren, muy importante, que muestren que hay alternativas.

Así que quiero terminar esta intervención dando las gracias al alumnado de Artes Plásticas y Diseño en Ilustración y Joyería Artística de la ESAC Roberto Orallo, de Animación Sociocultural y Turística del IES Santa Clara, de Artes Plásticas y Diseño en Fotografía del CC Ángeles Custodios, de FP de Carpintería y Mueble del IES Ricardo Bernardo y de FP Básica de Carpintería y Mueble del Centro Social Bellavista, por pensar y por hacernos pensar con sus creaciones, por contribuir a crear UBINADAMU

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