“Poner la vida en el centro”, la idea central del encuentro “islas encendidas”

Después de un fin de semana de intenso trabajo “poner la vida en el centro” es la idea que más ha sonado en el encuentro “islas encendidas” organizado en Málaga por Quorum Global. Esta y otras conclusiones se han expuesto en un acto de cierre que ha contado también con la intervención de Yayo Herrero.

Artículo de El Salto. Francisco Javier Huete

Acto de cierre del encuentro “islas encendidas”, en el que se expusieron las principales conclusiones. Foto Alfonso Torres

El encuentro “islas encendidas” de Quorum Global ha llegado a su fin este domingo en el campus de El Ejido de la Universidad de Málaga. Durante esta última jornada, todas las organizaciones participantes han podido poner en común las conclusiones a las que se ha llegado después de un fin de semana de trabajo colectivo. La principal: “poner la vida en el centro”.
El grupo dedicado a compartir las principales ideas extraídas de estas jornadas ha destacado la oportunidad de “haber conocido otras experiencias, personas y organizaciones y poner puntos en común, tanto de acuerdo como de disenso” que ha ofrecido este evento. Además, “ha servido como un espacio de encuentro de las múltiples iniciativas de resistencia a las políticas neoliberales, patriarcales, racistas y antiecológicas”, añade Itziar Ruiz-Giménez.
Ruiz-Giménez es profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid y también destaca la importancia de haberse encontrado con otros colectivos y organizaciones en estas jornadas: “A través del discurso imperante, el poder busca que creamos que no hay alternativas, que no hay otras formas de hacer economía, que no hay otra forma de relacionarnos los hombres y las mujeres, que no hay formas que no excluyan a mucha gente por el color de su piel o por su orientación sexual o identidad de género. Saber de esas múltiples resistencias y movimientos y agendas diversas ya es un accionar político, porque le estás diciendo al poder que no es que queramos otros mundos posibles, sino que ya están en la cotidianidad de mucha gente”.

Asistentes al evento “islas encendidas” durante una de las intervenciones en el cierre. Foto Alfonso torres

Para la profesora, es importante “poner en el centro de los proyectos políticos la idea de que todas las personas tenemos derecho a tener derecho. Hoy en día en la frontera sur de España no puede haber limbos jurídicos. Esas fronteras se reproducen en muchos lugares, como la plaza de Lavapiés, en Madrid, cuando la policía hace redadas racistas”.
“Una de las conclusiones más destacables es cómo nos tenemos que repensar desde lo personal y tenemos que cambiar nuestras prácticas de vida para que sean feministas, para que sean antirracistas, para que sean ecológicas y para que pongan en el centro los derechos de todo el mundo. Trasladar el pensamiento de acción política a la vida cotidiana”, concluye.
En la necesidad de cambiar nuestras prácticas de vida, y no solo las del 1% más rico de la población, insiste también la antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista Yayo Herrero, que explica que “la naturaleza tiene límites físicos que se han sobrepasado ya en los años 80”. Por eso, “la humanidad, quiera o no quiera, va a vivir con menos energía y menos materiales, es decir, el tamaño de nuestras esferas económicas va a decrecer sí o sí. Puede decrecer por dos vías: por las bHerrero defiende que “el fascismo es la verdad material del capitalismo del siglo XXI. Es un sistema fascista que expulsa a gente y mata dentro y fuera de nuestras fronteras” y pone algunos ejemplos: “El problema de las freseras marroquíes en Huelva no es un fallo del sistema, es el sistema en estado puro. Las violencias machistas y los asesinatos de las mujeres son el sistema en estado puro. La marginación, la precariedad y las expulsiones de personas son el sistema en estado puro”.
“Para que se sostengan los estilos de vida de las poblaciones que se consideran enriquecidas es necesario, estructuralmente, saquear los recursos y exterminar a las personas que viven en esos territorios”, continúa. “El proyecto del capitalismo del siglo XXI es un proyecto en el cual aquellos sectores que están amparados por el poder económico, el poder político y el poder militar pueden sostener estilos de vida despilfarradores desde el punto de vista de los recursos que existen gracias a que en otros lugares los recursos son saqueados y las personas expulsadas a los márgenes de la vida”

Cuando somos consumidores fallidos ya no somos ciudadanos interesantes que merezcan ser amparados o que deban ser cuidados.

Añade que “es un proyecto que cree que las personas tenemos valor, que cada ciudad o proyecto político es valioso solamente en la medida en que cree crecimiento económico. Cuando somos consumidores fallidos ya no somos ciudadanos interesantes que merezcan ser amparados o que deban ser cuidados. Por eso, una parte del derecho se configura también para castigar el conflicto y la insurgencia, por eso tenemos Ley Mordaza, por eso se encarcela a raperos, por eso se mete en la cárcel a la gente que contesta. Esta es la lógica de la vida. Y no es un asunto global, es lo que se plasma en los malestares de la vida cotidiana”.
El tema de los cuidados, tan presente y central a lo largo de todo el encuentro, tuvo también su espacio en el acto de cierre. Según Herrero, “somos seres radicalmente interdependientes. Eso significa que la vida de cada uno de nosotros, de cada una de nosotras, en solitario es absolutamente inviable. Desde que nacemos hasta que morimos y, especialmente, en algunos momentos del ciclo vital nuestra vida no es viable si no hay alguien que atienda los cuidados de los cuerpos vulnerables en los que vivimos encarnadas”

Se trata de labores que a menudo quedan ocultas porque “vivimos en sociedades de corte patriarcal que asignan de forma no libre el trabajo del cuidado de los cuerpos a ámbitos invisibles para la economía, como son los hogares, realizados de forma cada vez más precaria, porque cuando se empieza a recortar en becas de comedor, cuando se recorta en una raquítica ley de dependencia, todo eso que no se puede dejar de hacer recae en las casas, en las que no siempre se reparten los cuidados de forma equitativa”.
La activista explica que es imprescindible tomar partido porque “si el objetivo central es la maximización del capital, el objetivo central no es la priorización de la vida y, desde mi punto de vista, es un suicidio cederle la utilización del territorio, de las materias primas, del trabajo y de nuestras vidas a quien tiene como principal objetivo la maximización del beneficio porque a ellos nuestras vidas y nuestros bienestares cotidianos les importan un carajo”.

La socialdemocracia, tal cual está planteada hoy, es un modelo agotado porque no es capaz de resolver los problemas cotidianos de las personas.

Para concluir su intervención en el acto de cierre de las “islas encendidas”, Herrero destacó que “la socialdemocracia, tal cual está planteada hoy, es un modelo agotado. Y es un modelo agotado porque no es capaz de repartir la riqueza, porque no es capaz de resolver los problemas cotidianos de las personas y cuando no es capaz de hacerlo se dedica a hacer políticas emancipadoras con las partes más light de lo verde, las del capitalismo verde, con las partes más light del feminismo, con las partes más light de la cuestión racista y colonial, hablando de multiculturalidad pero no de personas racializadas y directamente lo que hace es terminar apostando por los neoliberalismos progresistas. Por eso necesitamos una agenda política, porque la socialdemocracia, con sus formas de hacer, está abriendo la puerta a los fascismos” y animó a tomar el espacio para evitar que el fascismo canalice el descontento de aquellas personas que sienten que la socialdemocracia no puede cubrir sus necesidades.
El encuentro organizado por Quorum Global ha terminado sacando a la calle a las personas participantes en una manifestación que transcurrió por el centro de Málaga bajo el lema “paremos el naufragio de derechos”. En ella se han coreado consignas como “ningún ser humano es ilegal” o “Mediterráneo, lugar de encuentro no de muerte”.

 

 

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